Copa Argentina
|
Lunes, 23 de julio de 2018
|
La historia del destrato detrás de la goleada de Independiente sobre Central Ballester Independiente avanzó de fase en la Copa Argentina con la goleada más importante en la historia del certamen. Fue por 8 a 0 frente a Central Ballester, el humilde equipo de la Primera D.
Mucho se habló de este resultado y el debate se instaló en las redes sociales: de un lado, los que pidieron que no hacía falta llegar a tantos goles frente un equipo totalmente amateur; y del otro, los que sostienen que la mejor manera de mostrarle respeto al rival es jugando el partido "en serio".
Mientras tanto, todos destacaron la actitud del conjunto de José León Suárez que no pegó una patada, tampoco apeló al juego brusco e intentó, con sus armas, afrontar el partido más importante de su vida de la manera más digna posible.
Sin embargo, lo que disparó la verdadera polémica fue una actitud tomada por el equipo de Avellaneda tras el partido y que involucró de manera directa a su rival de turno. Una vez finalizado el encuentro, los futbolistas de Central Ballester aguardaron por el cambio de indumentaria (camisetas, pantalones, etc.). Aunque esto no ocurrió, y es llamativo ya que es una práctica habitual en los clubes, lo que indignó en el cuadro "canalla" fue ver a sus jóvenes jugadores esperando en la puerta del vestuario del "Rojo" sin recibir respuesta. La imagen se viralizó y produjo rechazo.
"Me siento muy dolido por cómo la dirigencia de Independiente trató a mis jugadores cuando fueron humildemente a pedir las camisetas y a llevarles ellos las propias. Nos trataron como si fuéramos peor que un mendigo", arremetió Donato Lanzillotta, presidente de Central Ballester.
El dirigente confirmó lo ocurrido y brindó más detalles de lo que vivieron sus futbolistas: "Los ningunearon. No había ningún problema que si me la querían cobrar yo se las hubiese pagado, eso no se hace. Los chicos lo único que querían era un recuerdo, una camiseta, un pantalón, y los tuvieron afuera del vestuario diciéndole ahora les damos, y los chicos sin bañarse esperando. Los hice salir yo de la puerta del vestuario diciéndoles que nosotros no eramos un mendigo para pedir nada".
El mensaje, según Lanzillotta, fue para los dirigentes de Independiente y no hacia los jugadores. "A esas personas que estaban a cargo, que no los conozco ni me interesan, porque en ningún momento se presentaron y los hicieron esperar en la puerta del vestuario, ojalá a ellos les toque alguna vez pasar el mal momento que me hicieron pasar a mí y a mis jugadores. Y que se guarden la camiseta, que se las guarden pero bien guardadas. Gracias", cerró.
|