AFA
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Jueves, 20 de agosto de 2015
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Tinelli se empezó a mover como presidente de la AFA Apenas les bajaron la orden a los dirigentes de la AFA, anteayer, con esa frase contundente e inequívoca de "tienen que jugar todos" Marcelo Tinelli empezó a ejercer funciones de presidente de la entidad en medio de una paradoja: aún no lo es. Al menos hasta el 1° de marzo de 2016. Porque lo que obtendría horas más tarde era el aval para poder presentarse como candidato a las próximas elecciones, a partir de la tan mentada reinterpretación del artículo 50 del reglamento, que habla sobre la antigüedad necesaria para postularse. Ya conduciendo en vivo su programa de TV Bailando por un sueño dio un anticipo de lo que sobrevendría: "A trabajar a partir de mañana por un fútbol mejor". Y fue así nomás: desde ayer mismo, Tinelli, ungido repentinamente vicepresidente 3° de la AFA, y sus laderos más afines, entre los cuáles sobresale Matías Lammens, presidente de San Lorenzo, se focalizaron en la gran preocupación de estos tiempos. Hablamos del estado financiero de la entidad.
De alguna manera, Tinelli siente que ganó algo más que las primarias por la conducción del fútbol, a partir del respaldo que le otorgan muchos dirigentes, pero sobre todo del poder político, que tuvo un rol preponderante en las gestiones previas al cónclave en la sede de la calle Viamonte, donde, fiel a la historia sembrada por Julio Grondona, la aprobación de su moción fue resuelta "por unanimidad". En rigor, Tinelli percibe que no habrá candidato que se le resista en marzo próximo; es como el boxeador que sabe que tiene la mano de KO y cuyo mayor obstáculo no es el rival que se le presente, sino contar con la chance real de pelear por la corona. Y como seis meses son muchos como para mirarlos pasar, ya puso en marcha su idea, centralizándose en algo que ni siquiera los generosos fondos del Estado a partir del Fútbol Para Todos pudieron subsanar: el desequilibrio financiero. Que impacta de lleno en todo el fútbol y que, de tan delicada que es la situación, llevó a reconocer al propio Lammens, que además es protesorero de la AFA, que "la entidad puede entrar en default en cualquier momento", si por algún motivo se dilata el ingreso de la plata de FPT. Ello debido a los giros en descubierto que, especificó Lammens, "alcanzan a los 500 millones de pesos", con cheques que hoy por hoy no tienen fondos para ser cubiertos.
El desmanejo de los fondos de la AFA no es algo que solamente preocupe a la jueza María Romilda Servini de Cubría, razón por la que puso tres veedores a trabajar en los destinos de los 1440 millones que invierte el Gobierno en el FPT. También inquieta a Tinelli y sus allegados, razón por la cual ya les pidió a los dirigentes residuales grondonistas, encabezados por el presidente Luis Segura, una auditoría. Incluso, es muy factible que ambos se reúnan hoy mismo para analizar las necesidades más urgentes. Casi como si estuviésemos hablando de una sucesión anticipada. Volviendo a la auditoría, se realizaría entre octubre y diciembre, para encarar la recta final preeleccionaria sabiendo en qué aspectos concentrarse; teniendo un panorama sobre egresos e ingresos, en especial a través de contratos comerciales, sponsors y proveedores del seleccionado, una vidriera muy rentable contando nada menos que con Lionel Messi.
Números que desvelan, también, por lo que refleja el balance de junio de 2015. La AFA cuenta con ingresos extraordinarios: 25 millones de "argendólares" -dólares pesificados a una tasa especial- que corresponden al subcampeonato mundial de 2014 y un aumento de 2 millones de euros reciente en el convenio con Adidas. Del primer importe, descontado lo que les corresponde a los jugadores por premios y gastos de concentración, quedarían entre $ 35 y 40 millones para la AFA. Con ambos ingresos, hay un leve superávit. Pero ¿qué sucedería si la entidad no recibiera esa inyección adicional? Se estaría ante un rojo de proporciones, en ese "estado de default" que cita Lammens. La AFA viviría en default permanente de no mediar el flujo de dinero del FPT, producto de su manejo deficiente y de la pésima gestión de la mayoría de los clubes, que malgastan sin pudores y no reciben sanción alguna por sus malas administraciones.
La plataforma de Tinelli, basada en 11 pilares como si fuese un equipo de fútbol (http://canchallena.lanacion.com.ar/1818772), hace mucho hincapié en las finanzas y en cómo concebir un fútbol más redituable. Como todo plan, precisaba respaldo. La postergación de las elecciones de octubre 2015 a marzo de 2016, que formó parte de las llamadas "decisiones consensuadas", también implica un colchón de entre tres y cuatro meses poselecciones nacionales. Tinelli tiene buena relación con los tres principales candidatos presidenciales (Scioli, Macri y Massa), pero es Scioli con el que lo unen vínculos más sólidos y con quien ya mantuvo conversaciones informales sobre el eventual futuro del fútbol argentino.
Fuera del apoyo político y de su eventual propia proyección en ese sector dentro de algunos años -algo que muchos intuyen por su llegada mediática, carisma y el ejemplo de otros que tuvieron el deporte como plataforma para nuevos objetivos-, Tinelli hoy se apoya en dos pilares: Lammens y Eduardo Spinosa, presidente de Banfield y quien elaboró la mayor parte de la plataforma. Esenciales en el armado político y transmisores de cada movimiento. También tiene fuertes vínculos con Rodolfo D'Onofrio, presidente de River, y con Boca. A la hora de establecer lazos, le resulta casi imperioso tener de su lado a las dos principales fuerzas del planeta fútbol.
¿Tendrá rival en marzo?, y en ese caso, ¿cuál sería? Más allá de lo que sugiere Miguel Silva (Arsenal), de que "lo ideal es que haya un solo candidato", tienen seis meses para moldear un nombre. Se menciona el relanzamiento de Víctor Blanco (Racing), a Hugo Moyano (Independiente), al propio Segura; parece haber perdido fuerza Juan Sebastián Verón (Estudiantes). Porque más allá de consensos y de unidades proclamadas, el paso dado el martes apuntó más que nada a maquillar lo que era un primer paso fuerte de Tinelli en la votación y a pretender mostrar uniformidad. Spinosa, sin rodeos, aclaró "que sigue habiendo dos bandos" y que falta camino por recorrer.
Más allá de lo que suceda en estos seis meses y el 1° de marzo de 2016, Tinelli ya empezó a moverse como si el sillón de la AFA lo estuviera esperando. A "ejercer" una función que ambicionaba desde que hizo pie en San Lorenzo. Con el amor por sus colores, pero con la mirada en algo mucho, mucho más grande.
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