Torneo 30 Equipos
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Viernes, 2 de octubre de 2015
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Patón Bauza y Chacho Coudet, enemigos íntimos El DT del Ciclón y el de Central dejaron huella en ambos clubes; mañana se medirán en un choque fundamental El fútbol se nutre de historias mínimas, de pequeñas reseñas de vínculos atravesados, cruzados por una camiseta. Por un sentimiento. No hay dobles lecturas: San Lorenzo y Rosario Central jugarán mañana algo más que un partido. Boca espía sentado en una mesa de galanes exclusiva: en la antesala del accesible choque contra Crucero del Norte, saborea a la distancia la batalla entre cuervos y canallas. A cuatro puntos del Ciclón, a seis de Central, se entretiene con una batalla que promete sacarse chispas, con un agregado estelar en el atiborrado Nuevo Gasómetro: la otra lucha, la de los entrenadores. Edgardo Bauza , el técnico de San Lorenzo, tiene 57 años, es uno de los más experimentados y su estilo es el pragmatismo, el punto exacto del equilibrio. Eduardo Coudet, el entrenador de Rosario Central, suma 41 años, es uno de los más jóvenes y su escuela es la audacia, la vorágine del ataque. El Patón es uno de los símbolos de Central: su pasión no la esconde. Nació en Granadero Baigorria, conoce Arroyito desde siempre. Chacho es uno de los personajes más queridos en la historia reciente azulgrana: en sus dos pasos dejó una huella imborrable.
Para Chacho, es su primera vez como capitán del barco. No hay estrellas aún en el espacio, pero tiene un doble desafío: el torneo local y la Copa Argentina. Para Patón, es su séptimo reto. Entre ellos, sostiene dos Copas Libertadores: Liga Deportiva Universitaria 2008 y San Lorenzo 2014. No sería descabellado, en un futuro, que Coudet sea técnico del Ciclón: los hinchas lo recuerdan con afecto. Sería descabellado, en un futuro, si Bauza no acaba su proyecto como suerte de manager en Central, su segunda casa.
"El único objetivo que tenemos hoy en la cabeza es San Lorenzo, no hay que mirar para adelante. Es una final, los dos tenemos la misma necesidad", reflexiona Coudet, que corría detrás de sus locuras en San Lorenzo en dos temporadas: 98-99 y 2005, en los que marcó ocho goles y tuvo dos entrenadores de novela: Bambino Veira y Coco Basile. San Lorenzo fue el primer grande que le abrió la puerta. También en River dejó un sello, descubrió dos etapas y conquistó cinco títulos domésticos. Sin embargo, en San Lorenzo conserva uno de los mejores recuerdos. "El Coco Basile fue el mejor técnico que tuve. Le llega mucho al jugador. Cuando habla no vuelan ni las moscas", contó alguna vez sobre quien lo dirigió en el club azulgrana. Años atrás, el Bambino, ocurrente como siempre, lo recordó de esta manera: "¡Al fin tenía a alguien con quién tirar paredes, alguien que hablaba mi mismo idioma!".
Es un símbolo centralista el Patón. Todo su cuerpo técnico es atravesado por la sangre canalla, aunque el profesionalismo puede más: "Hay que ganar, como siempre. El fútbol argentino exige eso, sin sentimentalismos: ganar, ganar, ganar". Como futbolista, logró el Nacional 80 y el recordado campeonato 86/87. Como técnico, ganó 63, empató 39 y perdió 49 partidos. Le quedó atravesada la espina copera, en aquel choque con Cruz Azul que sigue dando vueltas, como si fuese un fantasma.
Tres etapas de pantalones cortos: 1976, 1982-86 y 1989-92. Era zaguero, pero marcó 82 goles y es el máximo goleador auriazul en la historia del clásico: nueve tantos. "Ha hecho una campaña extraordinaria y encima las llegadas de Pinola y Larrondo le dieron un salto de calidad. Si Central llega con posibilidades de ser campeón en la última fecha (chocará con Boca en Arroyito), no le alcanzarán dos canchas para satisfacer la demanda de su gente", fue su argumento.
Federico Lussenhoff jugó en Central, en San Lorenzo y fue compañero de Coudet. Así lo analizó en ESPN 107.9: "Éramos compañeros de concentración en San Lorenzo y era un loco lindo, gracioso, extrovertido pero conociéndolo más a fondo veía mucho fútbol y se interesaba mucho en la parte táctica. Era muy observador. Pero como era un loco no sabía si se iba a ir para el lado de entrenador o representante. Central es uno de los equipos que mejor juegan en el torneo, pero San Lorenzo tiene mucho oficio. Vamos a tener un partido muy interesante, de lo mejor del fin de semana"
Bauza precisa el triunfo como el agua, aunque seguramente no celebre ningún gol. Coudet lleva sangre caliente: si ganar el clásico fue haberse recibido de entrenador, una victoria en el Gasómetro puede resultar el doctorado. Dos estilos, dos destinos cruzados por el sentimiento. Y una recompensa: no perderle la huella a Boca.
Todo indicaría que Boca va a ganarle a Crucero y encima se enfrentan el 2° y el 3°, pero insisto: vamos a pelear hasta el final. Este plantel es una roca, no baja los brazos (Edgardo Bauza)
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