Quilmes
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Viernes, 2 de octubre de 2015
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Facundo Sava: "Sigo igual de ofensivo, pero defiendo más ordenado" Ya hacia fines de 2012, cuando lo llamaron de San Martín de San Juan, Facundo Sava empezaba a acaparar elogios. Su propuesta arriesgada y ofensiva generaba aplausos. El estaba convencido del plan a seguir, a tal punto que intentó lo mismo cuando pasó por Unión de Santa Fe y O'Higgins, de Chile. Siempre fue un entrenador que llamó la atención. Primero por su preparación profesional, por sus conceptos y por asumir riesgos. Ahora recuperó el juego y el espíritu de un Quilmes que no podía hacer pie en el campeonato. Y hoy, ante San Martín de San Juan, intentará prolongar la racha de once partidos sin perder.
-Dijiste que hoy sos mejor DT que antes. ¿En qué cosas?
-En todo. En el manejo de grupo, cuestiones tácticas, en entrenamientos. En mí mismo, conozco más mis virtudes y defectos. Antes, al cuerpo técnico, un resultado malo o muy bueno nos cambiaba el ánimo, pero fuimos aprendiendo a estar más equilibrados y tranquilos. En ese sentido, el trabajo nos enfoca y siempre hay algo nuevo para planificar o estudiar.
-¿Y en cuanto al juego, puntualmente? ¿Antes arriesgabas mucho más todavía?
-Antes defendíamos y atacábamos, lo que pasa es que a la hora de atacar no defendíamos tan ordenados como ahora. Sigo igual de ofensivo, pero defiendo más ordenado. Ahora buscamos atacar bien, con mucha gente, pero estamos mucho más atentos a cualquier posible pérdida de la pelota para estar cubiertos y que no nos agarren mal parados de contraataque, como por ahí sucedía antes, en otros momentos.
-¿Qué valor les dan a las estadísticas y el análisis del rival?
-Mucho. Le damos importancia para Quilmes y también sabemos vida y obra del rival. Somos bastante modernos en ese sentido.
-Hace mucho sabías que ibas a ser DT. ¿Desde cuándo?
-Desde que tengo 20 años.
-¿Tan joven? A esa edad el jugador piensa en jugar en un grande, en irse a Europa.
-No fue mi caso. Fue por Carlos Griguol. Una vez me llamó al vestuario de él y me dijo: "Facundo, yo veo que podés ser entrenador, te recomiendo que empieces a anotar los trabajos que vamos a hacer para entrenar y todos los trabajos de los técnicos que tengas en tu carrera, y de los que no tengas también". Y a partir de ese día le hice caso: me compré un cuaderno y empecé a anotar todo. Y así lo hice durante toda mi carrera.
-¿Hablaste con Griguol en los últimos tiempos?
-Sí, lo veo. Es como mi segundo padre por todo lo que yo aprendí de él, por lo que me enseñó. Mucho de lo que tengo es gracias a él.
-Es común tener como referentes a Guardiola o a Mourinho, pero vos destacás a Unai Emery. ¿Qué cosas te dejó?
-También miro a Guardiola y a Mourinho y a tantos otros, como el Tata Martino. A Unai lo tuve en Lorca, y me gustó cómo trabajaba, sobre todo a nivel grupal, cualquier problema que había lo solucionaba. No había malos entendidos, a nivel táctico también. Antes de empezar en Quilmes estuve con él una semana en Sevilla y charlamos bastante. En mi carrera de jugador fue uno de los años que yo más disfruté jugando para él como N° 9 en Lorca. De todos he sacado cosas y después lo llevo a mi idea, porque hay momentos, contextos, observaciones, pasión, cultura, intuiciones que son muy particulares de cada uno. Somos todos distintos y yo no pretendo hacer nada como Guardiola o Mourinho. No me interesa. Sí aprender cosas de ellos y adaptarlas.
-¿De todas las posiciones en que jugaste aprendiste algo para hoy aplicarlo desde otro rol?
-Sí. Cuando jugaba de 9 miraba a los defensores para ver cómo hacían para intentar anticiparme. Desde que arranqué jugando de N° 5 en Ituzaingó que tenía esa inquietud de mirar las cosas como algo más global. Jugué en casi todos los puestos; Griguol nos cambiaba de posición en las prácticas y eso me ayudó para entender muchas cosas.
-¿Cómo evaluás el trabajo de Gallardo en River?
-Excelente. Me gusta mucho mirar a River cómo juega, todo lo que logró lo tiene recontra merecido. Me parece de los mejores entrenadores que hay en el mundo.
-¿Cómo lo ves de cara al hipotético cruce con Barcelona?
-El Celta de Vigo demostró el otro día que se le puede ganar y jugando muy bien. Lo que pasa es que nosotros quizá no estamos acostumbrados a hacer lo que hizo el Celta de jugar hombre contra hombre; el Toto Berizzo entrena mucho ese sistema y River no tiene ese estilo de juego. No me quiero meter en la tarea de Gallardo, pero -por cómo juega River- intentará presionarlo para no dejar jugar con libertades a Barcelona.
-¿Lo que está pasando con Berizzo es un castigo para el fútbol argentino por no haberle tenido paciencia?
-No, no creo. Son momentos. A Martino no le fue bien en los primeros cuatro o cinco equipos que dirigió. Lo que está haciendo Berizzo es, en parte, por la experiencia que incorporó en Estudiantes.
-¿Por qué en un fútbol argentino en donde no hay espacios y se juega con mucho roce, igual se ven goles con la calidad de una Premier League?
-Porque la velocidad del juego es alta, pero la calidad de los futbolistas es cada vez mayor también. Cada vez se trabaja más con la pelota y en la técnica individual, en la precisión. Entonces, más allá de la presión con la que se juega desde lo mental y desde lo físico también, se contrarresta con la calidad.
-Ese trabajo sobre la técnica individual se está recuperando ahora. ¿Antes se había perdido?
-Y. En un momento era correr, correr y correr. Pasadas de 100 metros, eso ahora está quedando atrás.
-¿Es más reticente el jugador a un DT que propone un fútbol ofensivo?
-El jugador argentino, como los argentinos en sí, tratamos de adaptarnos a distintas circunstancias. Y somos inteligentes. Por eso hay muchos argentinos que se adaptan a vivir en otros países y donde por ahí hay otro estilo de juego.
-Los DT dicen que el jugador inteligente es el que más cotiza. ¿Coincidís?
-Sí, pero no es sólo el más inteligente. También hay que tener calidad y algo innato, si no Einstein sería Maradona. Y Einstein es Maradona, pero en lo suyo. Hoy además el jugador de fútbol es mucho más profesional. Por eso los entrenadores tenemos que estar cada día mejor preparados porque el jugador de fútbol se da cuenta de todo. El fútbol es mucho más exigente, rápido, intenso, por momentos mucho más arriesgado. Estamos pasando un momento de crecimiento.
-¿Eso es porque hay una camada de técnicos más jóvenes que propone un juego más audaz?
-Para mí no tiene que ver con la edad, no es una cuestión generacional, sino de la capacidad de cada uno. El Tata Martino no es de los más jóvenes y es ofensivo, arriesgado, juega mano a mano atrás, llega con mucha gente abajo del arco, intenta con los laterales en campo rival, sale jugando desde el arquero. Tiene muchas virtudes y no tiene 40 años, como tenemos nosotros.
-¿Qué cosas busca hoy Quilmes distinto desde el juego? ¿Qué sello le impusieron al equipo?
-Intentamos jugar bien, poner la pelota en el piso. Intentar. Después hay momentos en que tenés que jugar largo y lo hacemos. Pedimos defender todos juntos y atacar todos juntos, ser un equipo lo más corto posible, ser solidarios, humildes, querer ser mejores cada día. Estamos en un buen momento, pero tenemos que mantener la intensidad.
-¿Por qué se ven patadas por encima del límite?
-La velocidad con la que se juega es muy alta y a veces es difícil poder frenarte. Pero hay que tratar de frenarse, respetar las reglas del juego como respetar al rival. Quilmes es uno de los equipos con menos amonestaciones y expulsiones. En el tiempo que llevamos nosotros tenemos un sólo expulsado y bajamos el promedio de amarillas.
-Te sentís identificado con el juego de la selección.
-Estuve en la Copa América y, junto con Chile, fueron los dos equipos que más me gustaron.
-Más allá de la lesión de Messi, ¿creés que jugadores como él, Tevez, Agüero, condicionan el armado de un equipo?
-Pero para un DT tener esos jugadores es lo mejor que le puede pasar.
-¿Messi está bien rodeado en la selección desde las características o se lo podría potenciar con otros jugadores?
-No es sencillo querer que Messi haga en la selección lo mismo que en Barcelona. Tiene compañeros con los que se encuentra una vez cada tanto, que no están todo el año juntos. Messi fue el mejor argentino en la Copa América. Estuve en la cancha en todos los partidos, quizás en el último no se lució tanto, pero en los demás cada vez que tocaba la pelota hacía algo distinto y los argentinos estaban rendidos a él. Es único. Para mí no tiene comparación.
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