Mundial de Rugby 2015
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Jueves, 22 de octubre de 2015
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Por qué el factor climático influye en el fracaso de los europeos en el Mundial  Seguirá la lluvia en la capital inglesa hasta pasado mañana; cuánto influye el factor meteorológico para el partido Ayer llovió en esta ciudad. La novedad es que es una novedad. Hasta la semana pasada, el clima venía siendo extremadamente benévolo con el Mundial. El sol no se hizo extrañar excepto por una seguidilla de días lluviosos en los primeros días en Ware. ¿Qué tiene que ver todo esto con rugby?, se preguntará con razón el lector. Pues mucho. Que en un Mundial jugado en este país, la cuna del rugby, sean cuatro equipos del Sur los que quedan en carrera en la lucha por el título, puso en crisis al establishment del rugby. El debate aquí ya no pasa por si el entrenador de Inglaterra debe seguir en el cargo o no, sino que se exige un replanteo de todo el rugby de este hemisferio. Desde la formación de los más chicos hasta el método de selección de los jugadores de elite, pasando por... el clima.
"Te debés sentir como si estuvieras jugando el Rugby Championship", le dijo un periodista a Michael Cheika tras la victoria ante Uruguay. Recién iba la segunda fecha. No es que tuviera poderes de adivinación y anticipara que los cuatro países del Sur llegarían a las semifinales, sino que estaba hablando del buen clima que primaba por esa época y que sólo en los últimos cinco o seis días desmejoró. El factor climático explica en buena medida el fracaso de los equipos europeos.
La deducción es simple: es más fácil pasarse la pelota cuando hay buen tiempo, como ocurre allá abajo con más asiduidad que acá arriba, que cuando llueve. Así, los cambios de reglas post Nueva Zelanda 2011 que propiciaron un rugby más dinámico se arraigaron mucho mejor en los seleccionados del Sur.
Esto no quiere decir que como hubo sol los equipos del Sur estuvieron en mejores condiciones de ganarles a los del Norte, aunque acaso el hecho de que Escocia, el peor en la clasificación de los que no pasó a las semifinales, estuvo a dos minutos de derrotar a Australia, el mejor, sostenga esa versión. Más analíticamente, a lo bruto significa que los del Sur estuvieron en mejores condiciones de desarrollar un juego vistoso y los del Norte debieron limitarse a cuidar la pelota y avanzar con el pack de forwards.
La cuestión, en realidad, es más profunda que azarosa. Porque más allá de las diferencias climáticas propias de cada país, hay divergencias en los calendarios de los torneos que fuerzan aún más este desfase. En el Sur, la temporada va de finales de febrero a noviembre, lógico ante la dureza de los veranos. En el Norte, de septiembre a junio. También se deja el verano libre, pero siendo éstos mucho más benévolos termina siendo contraproducente, ya que se desperdician los mejores días para jugar y se lo termina haciendo con frío, viento y lluvia la mayor parte de la temporada. "Para jugar mejor al rugby hay que jugar más tiempo en las mejores condiciones posibles", dijo Brian Moore, ex jugador del seleccionado inglés y periodista del Daily Telegraph en TalkSports Radio.
Hay otros condicionantes más importantes, sin dudas. La pobre formación en destrezas, las políticas de selección de jugadores y el calendario abultado, la preponderancia de los clubes por sobre los seleccionados... Pero el factor clima no puede ser menospreciado.
Antes del Mundial, los Pumas hicieron una preparación de una semana en el sur de Portugal envueltos en un clima espectacular. No hubo ni una nube en las seis jornadas. Una gran experiencia que redundó en mejores entrenamientos y un mejor pasar para el plantel. Como no llovió en ningún partido, terminó saliendo todo redondo. El pronóstico indica que la lluvia seguirá hasta el sábado. ¿Saldrá el sol el domingo también para los Pumas?
La cuestión, en realidad, es más profunda que azarosa. Porque más allá de las diferencias climáticas propias de cada país, hay divergencias en los calendarios de los torneos que fuerzan aún más este desfase
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