Independiente
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Domingo, 12 de julio de 2015
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Con el debut de Pellegrino, Independiente superó a Olimpo en Avellaneda Valencia y Martín Benítez -en dos oportunidades- convirtieron para los Rojos; Joel Acosta había marcado la igualdad transitoria; fue el primer partido oficial del DT Ganó y respiró. Aprobó el primer examen en el Libertadores de América. Sin que le sobre nada, el ciclo de Mauricio Pellegrino sumó los primeros tres puntos en su misión por revertir los cuestionamientos que sacudieron su desembarco en Avellaneda.
Con mesura y sin buscar confrontar, el DT y su grupo de trabajo se prometieron modificar la postura negativa que los recibió. Desde el trabajo y los resultados, claro, asumen que su estadía en Independiente no quedará en el olvido. Y ayer dieron un paso adelante para demostrar que la idea es superar la dependencia casi exclusiva que recaía sobre las espaldas de Matías Pisano y Federico Mancuello (ayer suspendido, le resta purgar una fecha más). Por caso, ante Olimpo, Jesús Méndez asumió el liderazgo en la zona media, en combinación con Pisano, por la derecha, y con Martín Benítez, el mejor de la cancha, por la izquierda. Ya no se vio a los laterales subir de manera constante y sin lógica, sino que escalaban de acuerdo a cómo le convenía al ataque rojo. En el fondo, los dos centrales no brindaron absoluta seguridad, pero supieron cubrir situaciones de riesgo. Mientras que en el ataque, José Valencia complicó más en la primera etapa que en la segunda. De hecho, tras una buena apilada de Méndez por la izquierda, el colombiano definió a metros de Nereo Champagne. Lejos y en otra sintonía, Lucas Albertengo. Al ex Rafaela le costó jugar de frente a sus compañeros. Cuando giraba perdía ante Sills y Moiraghi.
¿Hizo cartón lleno Independiente? En absoluto. ¿Se lució? Apenas, en algunos pasajes del partido. ¿Cambió con respecto a la etapa de Jorge Almirón? Al menos, lo intentó. Y eso es positivo ya que es más fácil construir y edificar una nueva idea desde el confort que ofrece una victoria. Desde ese lugar, el nuevo entrenador podrá explicar y convencer a sus dirigidos que quiere un Independiente protagonista y comprometido con su causa.
Todas los interrogantes que los hinchas del Rojo cavilaron camino al estadio se potenciaban a medida que se arrimaban a la intersección de las calles Alsina y Bochini. Allí, donde el Rojo supo rubricar sus mejores semblanzas futboleras. Allí, donde Independiente pretende recuperar parte de la mística copera que estableció entre los años 60 y 80, y que derrumbó hasta el sótano en las dos últimas décadas.
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