El pasado sábado 16
|
Lunes, 18 de diciembre de 2017
|
Se celebraron los diez años de monseñor Stanovnik como Arzobispo de Corrientes. Hace diez años, la Arquidiócesis recibía a su nuevo Arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik. Se hizo cargo de esta Iglesia particular el 15 de diciembre –día de su cumpleaños- de 2007. Para recordar aquel día, se celebró Santa Misa, en la Iglesia Catedral, el pasado sábado. Vale recordar que monseñor Stanovnik llegó de Reconquista, donde era Obispo, para reemplazar a monseñor Domingo Salvador Castagna quien dejaba el cargo por haber cumplido la edad establecida canónicamente para estar al frente de una diócesis.
Fueron 10 años de diversas experiencias junto al pueblo correntino. Algunas muy felices y otras cargadas de dificultades y sinsabores, pero todas ellas, enriquecedoras porque fueron vividas bajo el amparo de la Virgen de Itatí, a quien siempre el Pastor encomendó su tarea pastoral.
A lo largo de los años, este Pastor peregrino, ha recorrido cada una de las cincuenta parroquias y cientos de capillas que integran la jurisdicción diocesana que abarca trece departamentos de la Provincia. Ha celebrado a los Santos Patronos, que le dan identidad a la mayoría de los pueblos del interior; y ha acercado los sacramentos, especialmente el de la Confirmación, a miles de jóvenes y adultos.
Sus mensajes están orientados a acercar a Dios a la vida cotidiana de cada uno, sin demasiadas complicaciones teológicas, pero siempre, con verdades de fe basadas en la Palabra y en el Magisterio de la Iglesia. Entre sus ejes discursivos, la puesta en valor de la familia, la defensa de la vida, el flagelo de las drogas y el compromiso ciudadano fueron centrales para señalar el camino que debe optar el cristiano inserto en esta sociedad relativista.
Párrafo aparte merece su gran amor y devoción a la Virgen, en la advocación de la Tierna Madre de Itatí, que no sólo ha estado incluida en cada mensaje, en cada oración, sino en todos los gestos y acciones que lleva adelante, en su vida personal y en su ministerio. Hacia Ella, desde hace más de una década, peregrina junto a los jóvenes para pedir su bendición y darle gracias.
No es sencilla la vida sacerdotal en los tiempos que corren. Un ministerio vapuleado, por propios y ajenos. Muchas veces incomprendido y poco valorado. Tan signado por la soledad y el desapego. Mucho menos sencillo es ejercer la tarea de un Obispo, que es pastor, guía, conductor de una Iglesia particular, y en este caso, una con características tan marcadas como la de Corrientes. Sin lugar a dudas, la gracia del Señor guía y acompaña a cada uno de sus consagrados, y de manera especial a quienes llevan adelante tareas específicas, desde lo espiritual y lo humano, como la conducir una Diócesis, como en el caso de los Obispos. Han sido diez años de crecimiento de esta Iglesia que camina en Corrientes, en una provincia cargada de deudas sociales y con muchas necesidades, materiales y espirituales, pero con un pueblo solidario y con profundas raíces cristianas junto a un Pastor cuya principal característica es la oración y la cercanía.
Esta celebración por el décimo aniversario de la llegada de Monseñor a Corrientes, más allá de las dificultades y de que aún queda mucho por mejorar y crecer, es una sentida acción de gracias a Dios por su presencia, por su guía, su oración y cercanía, que fue y es siempre, cálida, sencilla y fraterna.
|